24/9/11

LNB Sur: Locales x 2

Le costó visiblemente más y hasta por momentos fue superado, pero nunca perdió la concentración y se adaptó a un partido mucho más friccionado demostrando que el equipo también está preparado cuando las cosas no salen tan bien.

El buen trabajo de Leonardo Gutiérrez en el pasaje clave del encuentro, la muy buena defensa durante los 40 minutos, el poder rebotero de Leiva y los triples de Safar fueron algunas de las razones para este festejo.
Nuevamente Peñarol impuso sus condiciones desde el vamos. Fuerte en defensa y buscando las mejores opciones posibles en ataque tomó una rápida ventaja de 13 a 4. Producto de la conducción de Campazzo, los puntos de Leiva y los chispazos de Gutiérrez. Lanús tardó en acomodarse. En los primeros minutos solamente mostró el poderío de Taylor, pero tuvo su mejor momento cuando el local comenzó con el recambio de los perimetrales. Sin base natural -Campazzo se cargó de faltas- el rendimiento decayó, sin embargo la concentración en su propio canasto le permitió a Peñarol cerrar el primer cuarto 21 a 15.

El segundo parcial fue muy incómodo para el equipo de Sergio Hernández. La conducción compartida entre Lamonte y Safar no funcionó y Lanús creció en sus porcentajes. Laprovittola comenzó a dar soluciones desde el traslado y Zanotti fue el complemento ideal desde el perímetro. Así la visita pasó al frente 27 a 25. A partir de allí el técnico decidió arriesgar y puso a Campazzo para atacar -lo sacaba en cada defensa para cuidarlo-. El equipo encontró un poco más de gol y con un triple del juvenil Giorgetti más un doble de Lauría sobre la chicharra se fue al descanso largo recuperando la diferencia, 41 a 35.

Peñarol salió más decidido en el complemento. Si bien nunca pudo alejarse del todo de Lanús, la buena marca sobre los internos y el control más riguroso sobre Laprovittola fueron suficientes para, muy de a poco, empezar a controlar el juego. Esto, sumado el pasaje más productivo de Gutiérrez en el partido y la puntería de Safar también desde el perímetro -entre los dos metieron todos los puntos de Peñarol en el cuarto-, lo dejó con la máxima ventaja: 58 a 46. Algunas malas decisiones permitieron que Lanús descontara algunos puntos sobre el cierre del cuarto, pero el local ingresó al tramo final arriba por 61 a 53.

El tramo decisivo fue el de mayor concentración para Peñarol, aunque también el de peor nivel técnico. Ante un durísimo equipo que nunca bajó los brazos, se llegó a poner muy cerca sobre los últimos minutos, pudo demostrar el caracter necesario para sacar el partido adelante aún sin jugar bien. Dos triples de Barrios fueron la llave para una merecida, pero costosa victoria, por apenas tres puntos.
Peñarol (76): Facundo Campazzo 6, Kyle Lamonte 7, Nicolás Lauría 4, Leonardo Gutiérrez 21 y Martín Leiva (FI); Selem Safar 16, Franco Giorgetti 3 y Pablo Barrios 8. DT: Sergio Hernández

Lanús (73): Juan Pablo Cantero 6, Mariano Byró 6, Adrián Boccia 6, Jamaal Levy 4 y Terrell Taylor 15 (FI); Nicolás Laprovittola 13, Diego Guaita 12, Bruno Zanotti 11 y Facundo Giorgi 0. DT: Silvio Santander

Progresión: 21-15, 41-35, 61-53 y 76-73
Árbitros: Diego Rougier y Leonardo Mendoza
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas

                    Esa vieja costumbre

En el comienzo de la liga Bahía Estudiantes parece arrastrar aristas de la temporada pasada. Con gran fluidez ofensiva le llegó a sacar 20 puntos a Quilmes (51-31), pero luego se mareó ante la diferencia y la distancia llegó a achicarse a solo cuatro. Finalmente los dirigidos por José Luis Pisani se quedaron con la victoria por 74 a 64. Ricky Sanchez con 20, y Jerome Meyinsse con 21 las figuras del ganador.
El cotejo inició con Javier Mojica teniendo mucho protagonismo en la ofensiva local; quien además cumplió un rol clave en defensa fagocitando el accionar de Mac Hopson. En el otro aro le correspondió a Britton Johnsen tomar las resoluciones, debido a que además de las ataduras que vivía Hopson, Román González se encontraba bien controlado por Meyinsse.

En parte aprovechando el flojo balance defensivo de los marplatenses, y en parte sacándole jugo al pick and roll, el dueño de casa comenzó a alejarse en el tanteador, llegando a colocarse 10-2 en el promedio del chico. El ataque anfitrión tuvo tres canales de anotación en aquel pasaje: Mojica, Meyinsse y Ricky Sánchez.

El elenco estudiantil cerró el periodo diez tantos arriba (21-11); ante un tibio Quilmes, anárquico al momento de buscar conversiones (desaparecido Newbold) y estático cuando debió resguardar su cilindro, teniendo en la figura de Johnsen su máximo artillero del cuarto (6).
La historia no varió en los siguientes diez minutos. Llegando como relevo Facundo Piñero se convirtió en el jugador de mayor peso en el visitante, al tiempo que si bien ninguno de los dos esgrimía buenos porcentajes de campo, el local enseñaba más alternativas para llegar al canasto.

Con ocho tantos de luz (23-15) Estudiantes llegó al promedio del chico, y en ese momento ensayó su variante táctica más notoria del primer tiempo: sentó a “Pepe” Sánchez, y a falta de bases, improvisó en esa posición con Mojica. De allí que si bien en el marcador el local no perdió terreno, sí lo hizo en la manera de llegar a la anotación.

Quilmes no logró sacarle provecho a esto, con un González doble e incluso triple marcado cada vez que recibió en la pintura, y logrando concretar su primer pick and roll de la noche (Hopson-González), a 4:32 del cierre del periodo, con un final poco productivo: 1 de 2 desde la línea para el “Chuzo”.

“Pepe” volvió a 3:08, y lo poco que se había desviado de rumbo el encuentro, rápidamente retomó su cause. Si bien Hopson consiguió un par de conversiones a través de penetraciones, el dueño de casa estampó un parcial de 6-0 en un minuto, para colocarse 37 a 25 y ver con otra perspectiva la culminación de la primera mitad, la cual cerró a favor del local 41 a 29.

El retorno de zona de vestuarios trajo consigo una catarata de triples boricuas. El cervecero buscó recostar su defensa en la pintura para evitar anotaciones cerca del canasto, pero en contra partida recibió un 3 de 4 en triples a través de Ricky Sánchez, lo que catapultó a los bahienses a sacar 20 de luz en los primeros tres minutos: 51 a 31.

Si bien los locales mantuvieron esa distancia por algún tiempo, poco a poco los dirigidos técnicamente por José Luis Pisani se fueron perdiendo ofensivamente, apurando situaciones (Mojica perdió la lectura de juego) y disminuyendo su porcentual de eficacia, al tiempo que su rival vivió un considerable crecimiento.

El cuadro quilmeño halló su mayor momento de lucidez ofensiva a través de Román González. El interno se puso el overol y siendo foco de atención por parte de la defensa, se encargó de distribuir juego, y con ello, los suyos sacaron dividendos inmediatos. Cada vez que el dueño de casa buscó doblarlo en el poste bajo, este rápidamente descargó ante la penetración, desde el poste alto, del otro interno (buena sociedad con Morris), y a través de esa “quintita” los marplatenses se metieron al último acto 12 abajo, 60 a 48.

El envión logrado por la escuadra huésped no se cortó pese al cambio de cuarto. Rápidamente, primero con un triple de Piñero, y luego con uno de Nicolás Ferreyra, el cervecero achicó el margen a siete (60-53), y obligó al banco local a solicitar minuto. De todas formas ni eso alcanzó para frenar el empuje alcanzado por los visitantes, que se pusieron a cinco (60-55) en los primeros dos minutos y medio del epílogo.

Siendo un notorio antónimo de lo exhibido en los cuartos anteriores, el elenco bahiense sólo recostó su búsqueda de puntos en los lanzamientos de valoración triple, tocando su fondo de la noche en lo que a nivel basquetbolístico se refiere.

Javier Mojica rompió el hechizo y movió el tanteador para los suyos (62-55), metiendo al cotejo en una brecha que navegó dentro de los siete tantos de distancia por algunos minutos. Quilmes sintió el esfuerzo de tratar de levantar un partido que se le había puesto muy cuesta arriba, y cuando el trabajo de alto-bajo no le otorgó ganancias, volvió a perder la brújula, estando como en un principio: con algunos arrestos individuales y no mucho más.

Con más trabajo y menos fluidez, Estudiantes llegó a sacar ocho al momento de ingresar al último minuto, pero la calma le duraría poco. Un doble de Hopson, seguido por una pérdida de balón en mitad de cancha por parte de Espil, y una posterior anotación de Ferreyra dejó a los de Mar del Plata a cuatro (68-64), con 28.9 por jugarse.

Ricky Sánchez devolvió algo de calma desde la línea (70-64), y después de que Hopson forzara inútilmente una situación de lanzamiento triple, Mojica, con un 2 de 2 en libres alejó un poco más el peligro (72-64). Con 15 segundos, Hopson intentó nuevamente inducir una conversión, que derivó en el último contraataque del match, para que con bandeja de Aguerre, el juego termine 74 a 64 a favor de Estudiantes.
Bahía Estudiantes (74): Juan Ignacio Sánchez 5, Javier Mojica 16, Ricky Sánchez 20, Federico Aguerre 7 y Jerome Meyinsse 21 (inicial); Juan Espil 3, Ariel Zago 0 y Mateo Gaynor 2. DT: José Luis Pisani.

Quilmes (64): Nicolás Ferreyra 9 (X), Phillip Mac Hopson 13, Tyler Newbold 1, Britton Johnsen 19 y Román González 11 (inicial); Brian Morris 6, Facundo Piñero 5, Gregorio Eseverri 0 y Gonzalo Gorostiaga 0. DT: Daniel Maffei.

Parciales: 21-11 / 41-29 / 60-48
Árbitros: Smith - Dinamarca
Estadio: Dr. Osvaldo Casanova.

Fuente
: La Capital - Pickandroll 

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